La imaginación.


La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado y la imaginación circunda el mundo.

(Albert Einstein)

La Inmaculada de la Capilla Sacramental de San Lorenzo.


En el retablo barroco ejecutado hacia 1703 por Pedro Ruiz Paniagua y costeado por don Francisco Bucarelli, marqués Valdehermoso, destacado miembro de la Sacramental podemos ver una bellísima Inmaculada. Dicho retablo se compone de un solo cuerpo con tres calles y un ático con columnas salomónica, el cual sigue el gran estilo de Bernardo Simón de Pineda.

El retablo está presidido por una magnífica Inmaculada la cual eleva su mirada hacia arriba y tiene un gran movimiento, que se asienta en una preciosa peana de querubines, obra atribuida a Cayetano de Acosta en el siglo XVIII. En las calles laterales vemos a San José y Santa Ana con la Virgen Niña, mientras en el ático nos encontramos el misterio de la Santísima Trinidad: relieve del Dios Padre, Espíritu Santo y el Hijo. Una joya más, como las tantas otras que conserva esta Iglesia sevillana de San Lorenzo.

Inmaculada atribuida a Cayetano de Acosta.
Foto de RayPorres.

Cuando.


Cuando la estupidez y la imbecilidad en el ser humano se juntan todo lo que hace es iden de lo mismo.

El retablo de la Inmaculada del Patio de Banderas.


Bellísimo y devoto retablo nos encontramos a la entrada del Patio de Banderas, un retablo público, sito bajo cristal dentro de la arcada el cual conserva todo su genuino sabor popular. Dicho retablo se puede fechar en el siglo XVIII, siendo una de las pocas obras antiguas que nos llega a pesar de afrontar a los avatares políticos en una vía pública.

En el siglo XIX peligro la conservación del retablo. Pero gracias a la novelista Fernán Caballero que vivía en la casa n°1  del Patio de Banderas, ante la furia iconoclasta  de la Revolución del 68, escribió al Gobierno para que dejaran el retablo.

Existía la creencia del retablo, que Colón oró ante él, creencia que no fue verdad. Pero que lo salvo, en el que figuran la Inmaculada flanqueada de Santa Ana y San Joaquín, sus padres, y en las calles laterales San Pedro y San Fernando, Patrón de Sevilla.