Siempre.


Siempre escuché a los mayores que ya venían pasado de rosca por la vida, siempre me gustó más observar y escuchar que hablar, aunque por los codos charle, siempre intenté e intento poner atención a las conversaciones cultas como estúpidas, para luego no caer en la segunda.

Las palabras.


Que hermosas y maravillosas son las palabras que del corazón salen y no de la maldad. Que hermosas son.

Y la historia.


Y la historia una vez más se repite. Clavado fue en la Cruz Jesús y hoy se sigue clavando de otra manera a muchos inocentes después de tanto tiempo. Clavado en las hipotecas, desahucios, desprecios, divorcios, enfermedades y muchos otros problemas, problemas recuerden siempre, creado por nosotros, el ser humano.

Creo.


Creo que algo me ha tocado de la pícara Lotería, romperla porque no pienso de ponerle un marco.

Virgen del Rosario.


Pasar por la vida es tan hermoso como tener por primera vez a un hijo entre los brazos. Que hermosura más grande Madre mía,  Virgen del Rosario poder contemplarte a diario y con el Niño Dios entre tus brazos.

          Foto elnazarenito.

Triste la noche.


Triste la noche, si, muy triste. Pues fíjense en los que en hospitales se encuentran y en las calles sin techo, en todos los que día tras día empiezan a agonizar como aquel Dios de Triana para irse de este mundo.

Triste la noche, si, muy triste. Pero para ellos.

Amor.


No es que a Ti vaya a reprocharte o a rezarte por Tu Amor repartido entre nosotros, es que no lo encuentro en este mundo Señor.

La soledad.


No es lo mismo encontrar la soledad, que buscarla para desconectar de un mundo cruel. Tan cruel que nos marchamos de el creyéndonos que todo nos lo llevamos, como dice un viejo amigo bien entrado en años: el mundo, el mundo, el mundo.

No haga usted.


No haga usted tonterías y decir, me voy a desconectar de la vida no, diga que se va a desconectar del ser humano, ese bicho de piel humana que demuestra a diario su maldad por lo alto de todo, hasta de la misma vida o madre naturaleza.

Por mil batallas.


Por mil batallas he pasado, y aquí sigo aunque a usted le pese ganándola día a día. Pues como dije una vez: el soldado no es el que va a la guerra, sino el que a diario de levanta para combatir con mamones como usted.

Lotería.


No se preocupe si la pícara Lotería no le ha tocado. Haga como yo y dígale al mundo que ya le tocó con el nacimiento de su hijo o hija... a la Mierda la Lotería y usted por ingenuo.