Cuernos y Pecado.


Parece que lo de los cuernos es de hoy, pero no, es de muy antiguo , tan antiguo diría yo como el oficio de prostituta. 

Ya en el siglo XVII, siglo de muchas cosas y también de cuernos que abundaban en los reyes y pudientes  Marañón lo explica a las mil maravillas:
Por las distintas técnicas de libertinaje en España el pecado se hacía con misterio; en Francia con publicidad. Las queridas de sus reyes, por ejemplo, eran amantes oficiales; aquí eran secretos a voces, pero secretos. El escándalo mayor en Francia, y para el español no hay nada más grave que el escandalizar, pero tal vez  la calidad del pecado era peor tras la máscara correcta de España, y en este sentido tenían razón los apavientos de los franceses.

Como vemos, el pecado siempre fue unido al español en todo, hasta en poner los cuernos, algo que los reyes, clero y ricos se pasaron por el forro. Con esto no quiero decir otra cosa que, exponer y hacer ver que cuando se acomete un pecado no porque se haga con misterio, calladito y con muy buenos modales es mejor, todo lo contrario, es muchísimo peor, lo que pasa que en este país gusta mucho las máscaras y el disimular lo que ya todos sabemos.

Pedir limosnas.


Felipe III fue quien prohibio pedir limosnas a los hombres y mujeres que estaban sanos en 1605 y que tuviesen facultades para trabajar, dando un plazo de quince días, so pena de destierro para las mujeres y de cien azotes y cuatro años a destierros a los hombres.

Estamos hablando del siglo XVII. Pero que si se dan cuenta, la cosa no ha cambiado nada, al revés, hoy se pide más y con menos vergüenza.

Ante las pocas ganas de trabajar de los pícaros (un estilo a los muchos de nuestros Ayuntamientos), años después se les condenada a ser marcados a fuego, en la espalda o brazos, para así descubrir y enviar a galeras a los reincidentes. Si esto se hiciera hoy, España parecería una Ganadería, pues casi todo el mundo estaría marcado, he dicho casi todos, no todos señores.

La Divina Pastora de Domingo Martínez del Convento de Capuchinos.


Este maravilloso cuadro lo podemos ver en el Convento de Capuchinos de Sevilla, obra del gran pintor Domingo Martínez en su última etapa hacia 1749. Un cuadro que mide 1,60 x 1,06 mts. Y del que Juan Martín Alcalde recoge las palabras siguientes de Valdivieso: "El mejor ejemplo conocido con esta iconografía de la historia de la pintura de Sevilla". 

Otra vez más, nos damos cuenta de las tantas maravillas que tenemos y ni siquiera sabemos que existen.

Fito del blog Cultura de Sevilla.

Mañana Lunes.


Mañana Lunes día del Cartucho del Pescaíto vacío, para ahorrar para el Rocío.

Las Ferias que empiezan.


La Ferias que empiezan en Sábado deberían de estar dedicadas al Botellón.

De Feria en Feria.

De Feria en Feria y luego pido prestado o mejor digo que no tengo. De Sol a Sol habría que poner a más de uno con una Pala.