El Milagro de Bolsena.


Según la tradición católica y no un servidor, sostiene que en 1263, en el transcurso de una misa oficiada por el sacerdote Pedro de Praga en la localidad de Bolsena, población pequeña de Italia manó sangre de la hostia.

Lo ocurrido dicen, que fue como una señal a Pedro de Praga por dudar de la existencia de la denominada transubstancición. Enterado el Papa Urbano IV del milagro, lo llevo a instituir al año siguiente la fiesta del Corpus Christi, (esa que se la están cargando hoy muchos capillitas peinados a lo Ortega Bru y que solo salen para ser visto y saludar hasta a Espinete) que celebra la Eucaristía y la presencia física de Jesucristo en la procesión.

 Verdad o mentira, no deja de ser curiosa e interesante esta historia, la que como tantas otras duerme en el olvido.

El retablo mayor de la Iglesia de San Bartolomé


Es el retablo mayor de la Iglesia de San Bartolomé de estilo neoclásico , fechado hacia 1800. Está compuesto de banco, un cuerpo de tres calles y separado por cuatro columna en mármol de jaspe y ático.

En el cuerpo central del retablo vemos a San Bartolomé en el Centro, San Juan Nepomuceno y a San Cayetano. Se encuentra debajo del titular una imagen de la Virgen con el Niño, y en el ático la Santísima Trinidad, imágenes todas del siglo XVII.

El Cristo de la Buena Muerte de la Iglesia de San Antón Abad.


Curioso Crucificado nos encontramos en un retablo de mediados del siglo XVIII en la Iglesia de San Antón Abad, compuesto de un solo cuerpo con tres calles y columnas salomonicas con dos ángeles pasionarios a los lados.
El Crucificado tiene la advocación de la Buena Muerte. Una imagen de tamaño menor al natural de pasta madera, obra anónima del siglo XVIII.