Los balleneros vascos.



Pues sí, tal como suena, los balleneros vascos, los que ya en la edad media capturaban grandes ballenas en el Golfo de Vizcaya utilizando pequeñas chalupas (embarcación pequeña). Colocando atalayas en las costas para cuando entrase en emigración por la zona las ballenas ser capturadas tras la voz de alarma, siendo el aceite ballenero un importante negocio en España como en Europa y el que servía para iluminar.

Fue pasado un tiempo Terranova donde se comenzó a organizar expediciones, al otro lado de Atlántico. Unos viajes que no duraban sólo unos días sino meses, que requerían aparte de un gran esfuerzo, una considerable cantidad de dinero. Hay que decir de los vascos, que no sabían que la sidra que llevaban les evitó algunas enfermedades como el escorbuto, siendo gracias a la rica sidra y la que contenía vitamina C como se salvaban del escorbuto. Un servidor también se hubiera salvado, sobre todo por la gran cantidad de sidra que hubiera tomado.

Y todo este trabajo como negocio terminó con las luchas internacionales de España, las que acabaron por requisar barcos y enfrentar a los balleneros valientes con naves inglesas. Casi a mediados del siglo XVI, hubo una expedición muy curiosa, donde los que financiaban a los marineros le aclararon que de vuelta de Terranova, pararán en Irlanda, y que preguntaran si el poderoso Carlos V estaba en guerra con los ingleses o con los franceses, si estaba con los ingleses pues debían de ir a Francia a vender, y si era al contrario pues a Inglaterra. Curiosa nuestra historia como también la valentía de nuestros amigos los vascos.

Borrachos.



Borrachos, bonita palabra por lo menos para un servidor, siempre y cuando se este en condiciones de estarlo y sin molestar a nadie. De ellos, una gran parte de la literatura se ha ocupado, contándonos sus proezas como también sus impertinencias.

Hablar de diferentes tipos de borrachos sería imposible, porque de tantos que hay no terminaremos. Fueron borrachos Reyes, literatos, pintores, cantaores, bailaores, militares, curas, políticos, médicos, escultores, deportistas, actores de cine, toreros, maestros y  un sinfin de personajes que usted seguro recuerda.

El problema del borracho, no es otro que cuando está hasta arriba y le da la murga hasta su puta madre, ¿quien no ha estado en un bar y se le ha acercado uno contándole su vida y hasta la de sus muertos? Por eso hay un dicho en Jerez de ellos que dice; eres más pesado que un borracho jerezano, esta especie es si no la peor una de las peores. Pues por experiencia les digo, que para quitárselo de encima hay que darle un guantazo o llamar a la legión.  Estos, no se vayan a creer que sólo están en Jerez, los hay por muchísimas capitales como pueblos de España también, lo que no sé si más pesados.

Y como decíamos antes, que había diferentes tipos de borrachos, pues contaremos sólo algunos. Como el melancólico romántico que echa de menos a su mujer porque lo ha dejado, el que le da por llorar al recordar algo que ya tenía olvidado y monta el espectáculo, el que le da por meterse hasta con sus muertos, el que le cuenta los problemas familiares y luego se arrepiente al día siguiente de habérselo contado, el que se pone hasta las trancas para aparentar lo que no puede en su casa, el tonto que bebe y no sabe ni por qué lo hace ( estos sí son peligrosos) y el que va de listo, que bebiendo se cree que a un servidor lo va a engañar. Toda una colección pero para nunca comprarla y guardarla en su casa.

En España.


En España es mas difícil hablar con un concejal o cualquiera que tenga un cargito que andar por Chipiona en agosto.

Yo creo.


Yo creo que esta calor tan pegajosa y no poder aparcar en la Macarena también tiene la culpa Queipo de Llano.

El baile.


Es curioso que hay una edad que a todo el mundo le gusta el baile, cuando en su puta vida no han bailado ni una sevillana.

Quien por su boca.


Quien por su boca rebuzna, él mismo se da la coz.