La mejor medicina.


La mejor medicina para desconectar de la estupidez en que vivimos a diario y coger un buen sueño como Dios manda. Un libro.

El bar Casa Cuesta de Triana.



Famoso bar trianero es el conocido Casa Cuesta, el que se encuentra en la esquina donde termina la calle Callao y empieza la calle Castilla, una calle muy cofradiera en Semana Santa. Donde parar en este lugar y tomarse unas cervezas con unas buenas tapas nuestro cuerpo nos lo agradecerá, sobre todo los pies. Muy recomendable los riñones al Jerez.

La Casa Cuesta fue fundada en el año 1887 por Don Manuel Cuesta como taberna de toda la vida, la que se especializó en vinos del Aljarafe. Cogió fama este emblemático bar no sólo por sus vinos o tapas, sino por sus buenas tertulias, algo que ha desaparecido casi por completo hoy lamentablemente. Pues lo que hoy se hace es chillar, hacer el gamberro y el tonto, todo menos tertuliar tranquilamente con un buen vino.

Sería un trabajador de la taberna, quien pasado un tiempo la adquirió. Este trabajador se llama José Luis Sánchez, el que pasó la taberna a restaurante por los setenta. Algo que para un servidor no le convence mucho eso de Restaurante, ya estamos harto de tantos y a la vez también de tantas crujías, cuando en muchas tascas o bares de toda la vida se come muchísimo mejor que en muchos restaurantes. Dejemos ya de ser tan fino y bebamos más fino pero en una tasca o bar de siempre.

El Patio de Banderas de Sevilla.



El archiconocido y muy transitado Patio de Banderas estos últimos tiempos por los guiris algunas veces muy molestones se encuentra ubicado dentro del entorno de los Reales Alcázares de Sevilla, lugar de paso que permite el acceso tanto a la Plaza del Triunfo como al barrio de Santa Cruz a través del callejón de la Judería.

Se debe su nombre a que cuando llegaba algún Rey, para honrar su recibimiento se colocaban banderas en dicho lugar, o también a unas banderas que estaban pintadas al fresco sobre la puerta de acceso existente en la Plaza del Triunfo. Siendo durante la estancia de los musulmanes en la ciudad cuando Abderramán III, en el siglo X, manda construir este espacio como Palacio, conociéndose como la Casa del Príncipe. Mientras que en tiempos de Felipe V, cuando estuvo en Sevilla en 1729, manda que organicen el espacio como armería.

Y en 1816, fue cuando se instalaron los bancos junto a una fuerte en el centro del bello patio, todo rodeado de árboles, los que pasado unos años fueron cambiado por naranjos hasta hoy día. Remodelándose en 1929 todo el espacio con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, que cambian la fuente que tenía por una nueva por estar destrozada. No olvidándonos de los grandes personajes que en dicho patio vivieron como la escritora Fernán Caballero, la familia Delgado Brackembury y los pintores Joaquín Domínguez Bécquer y Valeriano Bécquer.

Como todo rincón mágico, también tiene su leyenda este patio, la que dice que por las noches  se sienten pasos de alguien que no se ve, siendo ese alguien el Rey D. Pedro, al que parece ser le gusta pasear por estos rincones llenos de historias y leyendas.