Mientras un buen cofrade según algunos, despelleja e insulta a todo lo que entre por su queridísima y casi propiedad Hermandad, otros llevan las riendas de estas desde su humildad para que sigan cumpliendo años de historia.
Al cofrade aunque le cuente usted toda la verdad de algún hecho de su Hermandad es para nada, luego él mismo se encarga de liarlo todo y contarlo a su manera.