La curiosa leyenda del Cristo de los Gascones.



En la Iglesia segoviana de los Santos Justo y Pastor, conocida popularmente como San Justo, monumento declarado de Bien de Interés Cultural se encuentra la imagen del Cristo yacente de los Gascones. Una escultura a la que  se le atribuye varias leyendas y se cree que hacia principios del siglo XII, unos gascones de la antigua Gascuña, antigua región del Reino de Francia y alemanes la encontraron en un sepulcro que contenía un cencerro pequeño junto a la talla románica de madera y brazos articulados.


La veneraron con gran devoción, pero se vieron obligados cuando llegó el momento de decidir el nuevo destino de la imagen. Todos admirados por la dulzura del rostro del Cristo querían poseerla para que se quedara en sus países de origen, pero al no llegar a ningún acuerdo y creyendo conocer la voluntad de Dios, construyeron una caja y se marcharon en busca de una yegua; cargando al animal para que no siguiera sus instintos. Y así, donde se parara el equino, sería el sitio escogido para la venerada imagen. Al empezar a andar la llegua, nadie quería perderla de vista pero para sorpresa de todos, no se quedó en tierras francesas ni partió hacia Alemania, se dirigió hacia España.


En España, la yegua anduvo sin descanso durante jornadas, la que parecía conocer bien hacia donde se dirigía. Dicen que tras bordear la Sierra de Guadarrama, llegó a Segovia y se dirigió hacia la antigua Ermita de San Justo, donde la yegua se desplomó en su puerta, indicando el lugar. Contando otra leyenda, que entró en la Ermita hasta el altar y depositó la caja con el Cristo.


Hay que decir, que el Cristo de los Gascones esta considerado por muchos historiadores la imagen más antigua que procesiona de la Semana Santa de España. Siendo en Segovia la más antigua y venerada.