La Virgen conocida como la Sevillana.





Es en la Iglesia de San Buenaventura, donde podemos ver en su altar mayor la maravillosa Virgen de Juan de Mesa llamada la Sevillana. 

Se debe este curioso nombre, que encontrándose la imagen en el templo de la Casa Grande de San Francisco, una noche fue desvalijada sus joyas por unos ladrones. Se hicieron cultos de desagravio, y el fraile que los predicaba exhortó al vecindario a dar prontamente donativos para reponer a la Virgen sus preseas, alzándose en medio de la predicación una voz entre el público que gritó: <<No en verdad, que la Virgen es tan bonita y tan sevillana, que no precisa alhajas >>. Así es desde entonces como se le llamó la Sevillana a esta preciosa imagen. 


Alfonso VIII y la Virgen de la Sede de la Catedral de Sevilla.


Foto de Daniel Salvador. 


Como sabrán algunos y otros no,  la Virgen de la Sede debe su nombre a que se le había dedicado a la misma este templo majestuoso como es la Catedral. Toda una señera imagen que para muchos pasa totalmente desapercibida  en su monumental retablo mayor. 

Según cuentan de esta imagen algunos historiadores antiguos como Alonso Morgado,  que pertenecido al rey don Alfonso VIII  de Castilla,  el vencedor de las Navas de Tolosa y quién la veneró en su oratorio con gran Devoción, heredando  más tarde su hija doña Berenguera, madre de San Fernando, quien la recibe cuando empezó su campaña contra los moros en 1223. 

Fue el rey Fernando quien trajo la imagen de la Virgen de la Sede cuando puso sitio a Sevilla,  y el almirante Ramón de Bonifaz quien la llevó en la proa de su navío cuando rompió el puente de Triana el 3 de mayo de 1248, siendo el hijo de Fernando, Alfonso X el que la llevó a la Catedral por haberla recibido de su padre como herencia. Como siempre digo, Sevilla y su historia nunca deja de sorprendernos... 

El historiador José Alonso Morgado.




Nació el sacerdote e historiador José Alonso Morgado en Sevilla el 6 de Agosto de 1834, y falleció el 27 de Agosto de 1907. 


Cuando terminó  Morgado sus estudios eclesiásticos en el seminario metropolitano de su ciudad natal, fue ordenado sacerdote destacando al momento su amor a la historia, consiguiendo el cargo de bibliotecario del Palacio Arzobispal de Sevilla, donde desarrolló  una gran labor de investigación en el campo de la historia eclesiástica local. Aquí destaca por su episcopologio de la metropolitana hispalense, una gran obra bastante documentada de investigación, que fue realizada por disposición del Cardenal Benito Sanz y Forés, Arzobispo de Sevilla 


Escribió obras como La Virgen de la Sede, Prelados sevillanos o Episcologio de la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla, destacando por supuesto la insuperable Sevilla Mariana, donde recoge varias advocaciones de la Virgen y es un libro imprescindible aún hoy para consuta. Nada que ver con otros actuales,  que a pesar de no aportar nada se lo cobran a precio de oro...