Un entierro milagroso.



Tal como leen, un entierro milagroso fue el de un religioso del convento de la Santísima Trinidad de Sevilla, donde reside la popular Cofradía del Sagrado Decreto. Estando el  religioso enterrado en el lugar conocido como el de las cárceles de Justa y Rufina.

Ahora viene el milagro o como quieran ustedes llamarlo. Al día siguiente de ser enterrado el cuerpo del difunto, se encontró desenterrado, quedando la comunidad toda al completo asombrada. Pero de nuevo otra vez fue enterrado y al día siguiente otra vez se encontró el cuerpo del difunto desenterrado. Siendo revelada a un religioso Santo la explicación del cuerpo asegurando «que no era voluntad de Dios en aquel lugar se sepultarse alguno porque estaba en él los cuerpos de las Santas Vírgenes».

La expresión de tirarse a la bartola.



La expresión de tirarse a la bartola no es como algunos malpensados se creen. Pues siempre va con b minúscula porque se refiere como sinónimo de barriga, no lo que están pensando, para nada.

Significa esta expresión, que cuando cualquiera holgazanea o se tumba a descansar ( lo que más hacen nuestros impresentables políticos ) decimos echarse a la bartola, o también tirarse y tumbarse, ya las que a usted más le plazca.

Pero el verdadero significado es el de la festividad de San Bartolomé, fiesta que se celebra el 24 de Agosto. Pues por estas fechas, los campesinos de muchos sitios de España celebraban el gran final de la recogida de la cosecha, dando por terminados los más que duros trabajos del campo, donde un servidor metería a trabajar a todo el Gobierno entero. Por esto, se veía a muchos trabajadores tirados con la barriga al aire libre y contentos: "tirados a la bartola". Todo un deporte nacional que practican muchos sinvergüenzas a costa del PUEBLO.

El dicho de: En los tiempos de Maricastaña.



El significado de en los tiempos de Maricastaña es cuando algo ha ocurrido hace mucho tiempo o una persona es muy mayor, vamos, más vieja que Grecia.

Esta el origen de en los tiempos de Maricastaña en el siglo XIV en un pueblo de Lugo, en el que María Castaña empezó una revuelta contra los abusivos impuestos recaudados por el Obispado de Lugo. Hoy nos haría falta unas cuántas Maricastaña.

Parece ser, que la revuelta fue más allá, y el recaudador recibió tantos palos que lo mataron. Por esto tanto Maricastaña como su familia fueron presos por el asesinato, convirtiéndose la valiente mujer en toda una heroína, no como otras de nuestro tiempo que lo mejor que hacen es robarnos descaradamente.