Posee la Catedral de Sevilla doce magníficos blandones conocido por <<bizarrones>> de 1,85 centímetros. Todos de plata mexicana y que alumbran las grandes solennidades en el altar mayor.
Estos <<bizarrones>> fueron regalado a la Catedral por el ilustre canónigo de la Catedral hispalense Juan Antonio Bizarrón, quién fue agraciado con la mitra Arzobispal de la capital de México por gracia de su majestad Felipe V, cuando plantó su corte en Sevilla hacia 1730.
Juan Antonio Bizarrón era natural de El Puerto de Santa María. Nació el 2 de Septiembre de 1682 y estudió en el Colegio Mayor de San Clemente de Roma, y cuando fue canónigo de Cuenca consiguió el arcedianato de Sevilla el 27 de Febrero de 1716. También fue Arzobispo de México por proponer su nombre Felipe V, y virrey de Nueva España, cargo este que no supo llevar muy bien.
Falleció Bizarrón en México el 15 de Enero de 1747, siendo enterrado en la Catedral sin estar terminada. No hay que olvidar, que no sólo regaló los <<bizarrones>>, pues también regalo a la Catedral sevillana un cáliz, unas vinajeras y algunas piezas más.
Foto de Leyendas de Sevilla.