El escultor Juan Bautista Patrone.



Nació el escultor Juan Bautista Patrone y Quartín en Butore (Génova) en 1749 y vino a Sevilla a la edad de 10 años, junto a sus padres que vivieron en Málaga, Cádiz y Sevilla.

Era Bautista Patrone de familia noble y de bastante dinero (ese que a todos nos hace tanta falta). Tomó en 1779 el hábito Capuchino en Málaga. Pero al darse cuenta que no encajaba se salió a los siete meses, y fue a vivir en la feligresía de San Martín, casándose con María de los Ángeles Acosta un 30 de Septiembre de 1788 en la Parroquia antes citada.

Dejó nuestro artista varias imágenes repartidas por toda Andalucía, como por ejemplo una Inmaculada en la Iglesia de Galaroza (Huelva) o el Cristo muerto en los brazos de su Madre del convento del Carmen de Sanlúcar de Barrameda. Pero si Patrone es conocido hoy por muchos es por la imagen de la Verónica de la señera Hermandad del Valle de Sevilla, obra que realizó en 1801.


El arquitecto Hernán Ruiz.



Nació el gran arquitecto renacentista Hernán Ruiz II en Córdoba hacia 1515 y falleció en Sevilla el 21 de Abril de 1569, el que fuera uno de los más importantes en la introducción del Renacimiento. Se le conoció con el sobrenombre de "El Mozo" para no confundirlo con su padre Hernán Ruiz "El Viejo" y también para diferenciarlo de su primogénito Hernán Ruiz III.

Nuestro artista ejerció los cargos de maestro mayor en las importantes catedrales de Córdoba en 1547, y en Sevilla de 1557 a 1569, como en el Arzobispado de Sevilla y en el Obispado de Córdoba, del Ayuntamiento de Sevilla o en el famoso Hospital de las Cinco Llagas. Llegando a ser por sus méritos propios el arquitecto más importante de su época nacido en la Bella Andalucía. Realizó tanto obras civiles como religiosas, públicas y privadas, todas en Córdoba, Cádiz, Málaga, Jaén, Huelva y Sevilla, titulándose en 1530 en Córdoba como alarife y Cantero que ya lo era.

Hernán Ruiz intervino en muchas obras de Sevilla, como por ejemplo en la magnífica portada manierista de la Iglesia de la Anunciación. Trabajó en el piso alto del arquillo del Ayuntamiento, construyendo la doble galería porticada a modo de balcón y que fue demolido en el siglo XIX. Todo un genio de su obra, y que por desgracia para algunos solo es conocido por el remate de la Giralda.

El retablista Bernardo Simón de Pineda.


Nació el grandísimo retablista Bernardo Simón de Pineda en Antequera en 1638, y falleció en Sevilla en 1702, escultor, arquitecto y retablista en la época del esplendor del barroco, destacando su obra en los monumentales e insuperables retablos.

Foto de Daniel Salvador Almeida. Retablo mayor del Hospital de la Caridad.

Los diseños innovadores y no como hoy algunos de Simón de Pineda han permanecido hasta la actualidad, como en aplicaciones en pasos procesionales. En los retablos, que son bastante los que que dejó en Sevilla sobresalen el de la Iglesia de la Misericordia y el del Hospital de la Caridad, su obra maestra sin duda alguna este último.

Foto de Daniel Salvador Almeida. Retablo mayor del Hospital de la Caridad.

También hay que decir, que Simón de Pineda realizó para la Semana Santa el paso de la popular Cofradía de la Oración en el Huerto del Jueves Santo, que sería sustituido en el siglo XIX y posteriormente perdido. Todo un artista, del que podemos afirmar sin equivocarnos, que fue uno de los más importantes en su época y todo un referente en este difícil arte de la arquitectura retablística.

El arquitecto Vermondo Resta.


Nació el afamado arquitecto Vermondo Resta en Milán en 1555, y falleció en Sevilla el señalado día del 25 de Diciembre de 1625, llegando a la tierra de María Santísima en la últimas décadas del siglo XVI, uno de los arquitectos más importantes que trabajaron en Sevilla entre el siglo XVI al XVII. Gracias a sus relaciones con el ambiente cortesano aportó grandes valores a la arquitectura sevillana, donde contrajo matrimonio con Ana de Ojeda.

Estuvo muy unido Vermondo Resta al Arzobispo Rodrigo de Castro, quien le ofrece los primeros encargos al artista y realiza los diseños de los Hospitales del Espíritu Santo y del Amor de Dios. Siendo una de las obras de más importancia la Iglesia del convento de San José de Sevilla, nombrado maestro mayor del Arzobispado en 1585.

Pero no sería hasta el primer cuarto del siglo XVII, cuando realiza el artista sus mejores obras para los Reales Alcázares de Sevilla, de los que fue nombrado maestro mayor en 1603 a la muerte de Lorenzo de Oviedo. Destaca de estas obras el Apeadero en 1607 o la galería de los Grurescos y el corral de la Montería.