La Iglesia de San Fernando de Ternes.



Esta Iglesia dedicada a San Fernando, Patrón de Sevilla se encuentra en París. Su origen está en la desaparición de la parroquia Villiers la Garenne, un templo del que dependía el barrio de Ternes durante la Revolución Francesa.

Al aumentar la población como en todas partes, se tuvo que edificar una nueva Iglesia, por lo que el municipio de Neuilly adquirió en 1842 un solar y encargó al arquitecto Lesqueux que diseñase el templo. Siendo el Arzobispo de Par Dennis Auguste Affre, quien la inauguró bajo la advocación de San Fernando, la que a los diez años fue ampliada.

Es en 1970, cuando se tiene que renovar toda la zona y se traslada el templo piedra a piedra hasta su actual ubicación en la plaza de la Puerta de Terbes. La Iglesia es de estilo neo-bizantino, y no se piensen que es como las de Sevilla, para nada, las de la capital Hispalense están la gran mayoría llenas de arte, mientras esta de París es mucho más humilde.

Cuando Sevilla fue Capital de España.



Tanta historia atesora Sevilla, que hasta capital de España fue dos años durante las guerras napoleónicas entre 1808-1810 por estar la mayoría del territorio español invadido por las tropas de Napoleón.

Es el 16 de Diciembre de 1808, cuando el Conde Floridablanca, el que se encuentra enterrado en la portentosa Catedral de Sevilla como presidente de la Junta Central, órgano que tenía los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica, convoca a la Junta en Sevilla. Siendo desde ese momento en el que se convierte Sevilla en la capital política de España hasta 1810.

Estaba la Junta Central ubicada en el Real Alcázar, sitio donde nace el germen de la España que vemos actualmente y que en 1810 se paso a Cádiz para forjar la Constitución de 1812, conocida como La Pepa. Decir que no sólo tuvo Sevilla en ese período el papel de capital de España. Pues tuvo una gran importancia en la guerra contra Napoleón y el alzamiento contra los franceses por ser el centro de operaciones desde donde se dirigían los movimientos y ser lugar donde el ministro Saavedra entabló relaciones con los británicos para ayudar a las tropas españolas durante la Guerra de la Independencia. Pero de nada sirvieron estas hazañas a la llegada de las tropas francesas a Sevilla, lo que hizo que la Junta Central se marchara a Cádiz sin hacer absolutamente nada Sevilla, sólo entregarse al ejército de Napoleón como un niño, algo que muchos historiadores patrios nunca le perdonaron.