La dieta de Pitágoras.


Nada es nuevo hoy, como sabrán,  vegetarianos desde muy antiguo ya existían, esos que no quieren comer carne de animal y que yo particularmente me como hasta una vaca empanada. Pero cada loco a lo suyo. Hoy es muy habitual y esta de moda el ser vegetariano y animalista, como mis amigos los antitaurinos, que no respetan un carajo.

Pitágoras.

Grandes personajes de nuestra historia cuentan, que fueron vegetariano   como el gran Pitágoras, que no comía animales. De ahí que hasta que no se creará la palabra vegetariano las dietas sin carnes ( esas que usted suele hacer y luego se bebe un río de alcohol ) eran llamadas Dietas Pitágoras, aunque tenemos que reconocer, que hay dudas sobre si Pitágoras fue vegetariano.

Leonardo.

También se cuenta, que el archiconocido Leonardo da Vinci era vegetariano, existiendo al igual que en Pitágoras la duda. Pero tiene más certeza que Leonardo fuera vegetariano por los escritos que dejó y en el que dice en uno de ellos; que el criar y matar un animal es como asesinar a un hombre, algo que un servidor no está de acuerdo con el gran Leonardo por muy grande que fuera. El animal es animal y el hombre pues hombre, aunque tengamos que reconocer que muchas veces es mucho más animal que hombre.

¿Naranjas en la Última Cena?


Hace tiempo leyendo descubrí al igual que muchos de ustedes, que las naranjas en las magistrales obras de arte de la pintura como en la Última Cena simplemente era algo decorativo. Y digo algo decorativo porque no creo que artistas grandes en el arte cometieran un fallo queriendo.

Si investigamos cuadros de renombre relacionados con la Última Cena, son muchísimos los que en la mesa tienen naranjas. Por eso digo que la pusieron sobre la mesa como algo decorativo, y sobre todo porque la conocieron pero nuestro señor Jesucristo NO en su época.

Hay que saber, que la naranja que hoy conocemos tiene su origen en el extremo oriente, y no llegaron a Europa hasta casi un Milenio después del nacimiento del personaje más grande de la historia, Jesucristo. Llegó este delicioso manjar en el siglo X a la peninsular Ibérica gracias a los árabes. Por lo que en el Renacimiento más que de sobra ya la comían y conocían, ¿pero en la época de Jesucristo? Pues NO.