La curiosa pintura del Sinpecado de la Virgen del Coral de la Iglesia de San Idelfonso de Sevilla.



Esta mas que curiosa pintura presidió antiguamente el Simpecado de esta antigua advocación de la Virgen del Coral. La Virgen es una pintura mural que se encuentra en la sevillana Iglesia de San Ildefonso y data de la segunda mitad del siglo XIV, la que se relaciona con la Virgen de la Antigua de la Catedral y la de Rocamador de la Iglesia de San Lorenzo.

Dicha advocación del Coral viene por una cadena que el Niño lleva en el cuello, de la que cuelga una rama pequeña de coral que simboliza la sangre redentora de Cristo. Una imagen, que como tantas otras de Sevilla tuvo antaño muchísimos devotos.

La pintura es más bien pequeña y se presenta en forma ovalada, la cual está en un marco de estilo rocalla. Siendo en 1693, cuando se funda una Congregación de Nuestra Señora del Coral, la que en sus Reglas incluía el rezo del Rosario todas las noches por las calles, presidiendo seguro está pintura el Simpecado.


El Descanso de la Huida a Egipto del exconvento de la Paz de Sevilla.



Este bellísimo lienzo del Descanso de la Huida a Egipto forma parte de una gran serie de doce cuadros datada en el siglo XVIII dedicada a la vida de la Virgen María, la cual se encuentra en la Iglesia del antiguo Convento de Agustinas Calzadas de Nuestra Señora de la Paz, actual sede de la señera Hermandad de la Sagrada Mortaja.

El lienzo está atribuido al pintor mexicano Miguel Cabrera. Artista que nació a finales del siglo XVII y trabajó para la Compañía de Jesús de México.

Se muestra en centro del cuadro a la Virgen María sentada a la sombra de un árbol, con el Niño en su regazo al que está dando de beber leche. Situándose a los pies de la Virgen un fardo que contiene las pertenencias que la Sagrada Familia ha podido coger en su acelerada huida, mientras que a su derecha vemos a San José mirando con una gran ternura la escena y le acerca unas manzanas que ha recogido y a la izquierda un bello paisaje en el que se distingue una ciudad. Una vez más nos volvemos a repetir diciendo: No todo en esta eterna Sevilla se encuentra en los mismos sitios de siempre que nos dicen la muy mala información de muchas guías.


La Santas Justa y Rufina de Goya de la Catedral de Sevilla.



Este fantástico cuadro de Museo se encuentra en la Catedral de Sevilla en la Sacristía de los Cálices, obra que le encargó el Cabildo de la Catedral a Goya por iniciativa de su amigo el historiador Don Agustín Ceán Bermúdez. Una pena que muchos que van de erudito salgan de Andalucía a visitar museos cuando no conocen la grandísima pinacoteca que atesora la Catedral sevillana.

Representa Goya a las mártires con una belleza enorme, con la mirada hacia el cielo, de donde proviene la luz que las ilumina y realza la obra. Tanto Justa como Rufina están de pie, con un paisaje de fondo en el que se deja ver el río Guadalquivir, y la Catedral a lo lejos, con un conseguido cielo de tonalidades azules que realza todo el conjunto con las sublimes pinceladas del artista.

Si se han fijado bien, se habrán dado cuenta, que la Giralda no aparece como es habitual en medio de las Santas. El genio la ha plasmado, pero junto con la Catedral al fondo. A los lados de las Santas vemos algunos elementos de los que narra la leyenda del martirio, portando en sus manos los cacharros cerámicos que ambas fabricaban y las palmas, símbolo del martirio. Los restos rotos que aparecen delante son de la diosa romana Salambó, que las Santas tiraron al suelo tras negarse dar ofrenda para su culto, y un león lamiendo los pies de Santa Rufina, la que fue llevada al circo para que la devoraran los leones, los que se mostraron en el momento todos mansos sin hacerle daño alguno.