Si el tiempo se hubiera parado, todo hoy sería diferente, porque tú estaría entre nosotros y disfrutando de este día tan especial como es el Viernes de Dolores.
Si el tiempo se hubiera parado, los dos juntos hubiéramos recorridos las calles de una Sevilla que hace tiempo se nos fue. Pero la hubiéramos encontrado como siempre por esos rincones de la Sevilla antigua, que es por donde nos gustaba pasear.
Si el tiempo se hubiera parado, habríamos estados en el bar de mi querido amigo Diego Porma frente a la encantadora Iglesia de San Nicolás desayunando y hablando de lo que esta por venir, nuestra particular Semana Santa y vivida de una manera soñada siempre por los dos y no inventada como algunos lo están haciendo desde el más absoluto desconocimiento.
Si el tiempo se hubiera parado, habríamos hecho muchísimas más cosas de la que hicimos por esta bella y dama que es Sevilla. Pero como es normal, al tiempo no se puede parar, por eso hoy me transportó al pasado, para hacer en solitario aquellos paseos contigo y siempre llevándote presente en mí y terminando en nuestro Barrio del Alma, el Barrio de los barrios, donde huele a Gloria, un olor que no se puede definir ni comparar con ningún otro, porque huele a Ella, a nuestra Esperanza Macarena, a Gloria, donde vive los trescientos sesenta y cinco días del año sin dejar de repartir un solo segundo su Esperanza.