La Joya del Arenal de Sevilla.


Se encuentra en el barrio del Arenal la Iglesia de San Jorge, conocida popularmente por "La Caridad", una de las Iglesias más bella de Sevilla y España. La actual Iglesia se construyó sobre el solar de la denominada capilla de San Jorge, la cual fue concedida a una Hermandad que se dedicaba a recoger los cadáveres de los ahogados que aparecían en el río y que ocupaba en 1578 parte del antiguo arsenal marítimo fundado por Alfonso X el sabio, conocido con el nombre de Atarazanas Reales, pero a consecuencia del mal estado y deterioro se demolió a principios del año 1645, con la idea de levantarse sobre su emplazamiento una Iglesia más espaciosa.

Llegado Miguel de Mañara a Hermano Mayor de la Santa Caridad se ocupó de continuar las obras de la Iglesia, que para ello contó con una donación de 5.000 reales que realizó el feligrés D.Jacinto Cosme  Herrera, lo que hizo que avanzarán las obras hasta paralizarse de nuevo en 1666, año en que se presentó en la casa del Mayordomo de la Hermandad  D.Antonio Enrique un mendigo de nombre Luis, que preguntó por él y le entregó 50 pesos de limosna, contándole lo siguiente:
“ mi mujer era una pobre castañera y con su trabajo había juntado 80 pesos de caudal. Murió y con algunas mandas y su entierro gaste los 30. Me han quedado 50 pesos que es toda mi hacienda. Aquí lo tiene para la Santa Caridad, que yo sustentaré en mi vida con un pedazo de pan que  pediré de puerta en puerta”. Días después Miguel de Mañara reunió al Cabildo y contó este suceso, lo que estimuló a realizar una suscripción voluntaria de todos, recaudandose 30 mil reales que permitieron continuar las obras, que meses después hubieron que interrumpirse de nuevo por falta de dinero, hasta que se terminaron el 16 de Marzo de 1670.

Los planos de la Iglesia fueron diseñado por el arquitecto Pedro Sánchez Falconete, siendo el remate de la fachada del también arquitecto Leonardo de Figueroa y teniendo en su interior grandes obras de arte por la amistad de Miguel de Mañara con los grandes pintores Murillo y Valdés Leal, lo que permitieron que las paredes de la Iglesia se cubrieran de obras de incalculable valor. Destacando de las pinturas de Valdés Leal  el “in ictu oculi”, qué quiere decir “en un abrir y cerrar de ojos” y “finis gloria mundi ”, cuya traducción es “Fin de la gloria del mundo ”, obras que Mañara las llamó “tétricos jeroglíficos”. Y antes de terminal hay que recordar el retablo  mayor, uno de los más bellos y portentoso no sólo de Sevilla sino de España, obra del maestro retablista Bernardo Simón de Pineda y el Entierro de Cristo del escultor Pedro Roldán, su obra maestra sin duda alguna.

No me entra en la cabeza que haya en Sevilla muchísimas personas que no conozcan está joya, siendo todo un espectáculo en adentrarse en su interior y quedarse casi en éxtasis ante tanto arte reunido.




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