María Magdalena es y seguirá siendo uno de los personajes más enigmáticos de los Evangelios. A ella fue a quien Jesús confió su doctrina y a quien primero se apareció después de resucitar. También se encontró a los pies de la cruz cuando éste murió, lo que la convierte en uno de los pilares del cristianismo le pese a quien le pese.
Desde el principio la Iglesia tejió entorno a María Magdalena una red de leyenda y falsedades algo descomunal, probablemente para ocultar la verdadera identidad de esta santa mujer que debió de desempeñar un papel importantísimo en la fundación de la nueva religión y que, según se desprende de los textos evangélicos, parecía estar vinculada efectivamente a Jesús. Mujer en las que muchos grandes historiadores de la religión cristiana creen, que fue el Primer Apóstol.
La Magdalena penitente (1825) por Francesco Hayez, óleo sobre lienzo, Civica Galleria d'Arte Moderna, Milán.
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