Se habla tela de las Cofradías de Penitencia sin muchas veces centrarse en las otras Cofradías de Sevilla, que son las de Glorias, esas olvidadas por muchos pero que en tiempos pasados tuvieron tanto o más esplendor como demuestran sus efemérides e historias que no dejan de engrandecer a Sevilla.
Allá por el año de 1588, el todo poderoso rey Felipe II manda por Real Cédula que todas las poblaciones del reino saquen en procesión la imagen de mayor antigüedad y devoción para suplicar el éxito de la invasión de Inglaterra por la Gran Armada. Por esto el Ayuntamiento acuerda sacar a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, que es llevada a la Catedral, adornando las calles por donde había de pasar como nunca se habían visto, con colgaduras, arcos triunfales, altares portátiles, espejo y muchísimas otras decoraciones, lo cual demuestra la gran popularidad y devoción que la Virgen de la Hiniesta despertaba en esa Sevilla del Siglo de Oro, la que llevó en la procesión la tarasca, gigantes y demás signos de los festejos populares, como si de la salida del Corpus se tratase.
Todo un acontecimiento en que la Armada que mando Felipe II a Inglaterra perdió. Pero que en el caso de la Virgen de la Hiniesta ganó con esta salida que hizo historia para Sevilla.
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