Niños Angeles.


Es muy duro, penoso e  injusto que mueran seres queridos o conocidos y hasta aquellos que no conocemos a una temprana edad.

Es muy duro que te digan en esos momentos algo para levantarte un ánimo que se ha ido para siempre con ese ser querido.

Es muy duro que en esos momentos te hablen hasta del mismísimo  Dios, porque en ese estado en que se entra es un mundo en el cual no ves ni comprendes nada de esa injusta pérdida. Ni hay en el mundo un ser que lo pueda explicar, solo puede llegar a comprender que se ha ido un Ángel, que es en lo que creerás por siempre, esos que no han hecho nada malo en la vida y solo han dejado sembrada en la Tierra buenas semillas. Angelitos que no tienen alas ni salen en el canasto de un paso de Cristo pero que siempre estarán a tu lado como aquel Ángel de la Guarda, en tus recuerdos, en tu corazón y hasta en el alma, esos son en los Ángeles que yo creo.

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