Curioso es cómo aparece la mantilla en Sevilla y del modo en que lo hace. Es en 1753, cuando la esposa del Asistente de la Ciudad doña Rafaela Bazán se presentó a uno de los actos de la ciudad luciendo una rica mantilla de encajes sobre su cabeza en vez de manto tradicional, lo que produjo un gran escándalo igual que hoy por personas que de todo se extrañan menos de sus imbecilidades y malos modales, las cuales tacharon a Rafaela Bazán de deshonesta y vayan ustedes a saber cuántas cosas más, para que al poco tiempo tuviera arraigo y muy fuerte en la Ciudad entre las otras damas, llegando hasta hoy como el símbolo distintivo de atavío de la guapa mujer sevillana.
Lo que cambian las cosas en tan poco tiempo en esta tierra. Pues hoy todavía siguen muchísimos a la espera para disparar sus críticas venenosas, unas críticas muchas veces que no tienen argumentos ninguno, solo el querer resaltar por lo alto de los demás aunque toquen los sentimientos. Pero resaltar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario