Fue en 1782, cuando se produjo un incidente el Jueves Santo con la Cofradía de la Estrella que transitaba por la calle Castilla. Estaba presenciando la procesión el Aguacil Mayor Eclesiástico acompañado de un Notario y soldados, cuando vieron como cuatro nazarenos de la Estrella no cumplían la normativa vigente de ir con el rostro descubierto, por ello arrestaron a los cuatro conduciéndolos presos al Palacio Arzobispal, lo que motivó una gran impotencia a los cofrades y al pueblo, que en las gradas de la Catedral tuvieron que liberar a los presos sin que los soldados pudieran hacer absolutamente nada, regresando estos nazarenos a su Cofradía como si nada hubiera pasado.
Hoy es al revés, a más de un nazareno habría que detenerlo y meterlo en el calabozo, y luego darle un pase a cualquier desierto por Semana Santa para que no se vean las cosas que se ven.
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