De fecha muy antigua fue conocida por la calle del Cementerio una pequeña vía que pasaba desde la del Amor de Dios a la de Trajano, llamándose Cementerio por uno de estos sagrados lugares que existió en su acera izquierda que perteneció al antiguo Hospital del Amor de Dios, siendo cambiado el nombre de Cementerio por Delgado en 1868.
La calle del Cementerio fue una de las más peligrosas de Sevilla, por ser frecuentada por rateros y gente de muy mal vivir, que cometían toda clase de atropellos para dar el palo igual que hoy en otras muchas calles de cualquier barrio.
En 1802 empieza a sembrar el pánico entre el vecindario de la calle del Cementerio y sus alrededores un fantasma que a la una en punto de la madrugada, se presentaba en dicho sitio entonando un canto fúnebre delante de un retablo, para después marchar hacia la plaza de San Martín. Pero una de las noches pasó por la calle Pedro Carmona, quien era encargado de reparar las fincas del convento de San Pablo.
El amigo Carmona había sido militar y tenía la costumbre que cuando terminaba de trabajar se tomaba unas copitas, el cual al pasar por la calle del Cementerio se arrodilló delante del retablo rezando en voz baja, siendo sorprendido en dicha actitud por dicho fantasma.
Pedro Carmona que venía de vuelta se levantó rápidamente y sacó un cuchillo de afilada hoja, cerrando el paso al fantasma y diciéndole; de parte de Dios mando que me digas quién eres, a lo que el fantasma no contestó y Pedro Carmona avanzó dos pasos hacia él, cuando el fantasma le dijo que no intentará tocar un alma de otro mundo; pero viendo Pedro Carmona que era un pícaro y no un fantasma se lanzó sobre él con el cuchillo y el muy listo del fantasmita le dijo en el acto; estaos quieto Pedro, os conozco y usted también me conoce, todo es una fábula, quitandose de la cabeza una voluminosa esfera de cartón con agujeros en el centro que ardían unos candilejos de hoja de lata.
Pedro Carmona sorprendido le dijo ¿eres tú? Ni el mismo Diablo te hubiera reconocido con este disfraz, sigue que no quiero saber más. Yo particularmente tampoco quiero saber más de muchos fantasmas como estos que a diario me encuentro por cualquier sitio, y ahora estamos en el 2015. Pero con más fantasmas.
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