Fue a finales del siglo XVII, cuando vino a esta ciudad retirado el Capitán de Infantería D.Gaspar Yelvez, quién era descendiente de una conocida familia de Castilla la Nueva y nacido en Sevilla antes de mediados del XVII. Muy educado y centrado por sus padres.
D.Gaspar de Yelves ingresó en el ejército y estuvo largos años bajo las órdenes de ilustres caudillos, encontrándose en las campañas de Portugal sostenida por Felipe IV y en otras guerras donde resaltó su bravura.
En 1679, don Gaspar de Yelvez y su esposa vivían en una gran casa que estaba situada en la calle Alfaqueque, y frecuentaba el trato de los vecinos más conocido del barrio de San Vicente, siendo en su trato como en sus modales un gran caballero. Pero al poco tiempo de instalarse Gaspar de Yelvez en su domicilio de la calle Alfaqueque empezó a realizar algunos misteriosos viaje que le tenían días y semanas fuera de su casa, diciendo su mujer a los que le querían ver que estaba de negocios, a la que todo el mundo creía sin ningún problema.
En los años de 1695, España atravesaba una difícil situación. Pero seguro que no peor que la de hoy, cuando en los campos de Andalucía una numerosa partida de bandoleros llevaban a cabo robos y otros atropellos de toda clase, siendo el terror de la gente y autoridades, mientras que el Capitán Gaspar Yelvez en su último viaje en 1.697, se prolongó tanto que alertó a su mujer y amigos.
Por aquella época los bandoleros hicieron un gran robo en una Iglesia de Castilla la Nueva. Pero fue tanta la actividad que la Justicia desplegó que lo cogieron a todos, los cuales fueron conducido a la cárcel de Sevilla y ahorcados en la Plaza de San Francisco en Enero de 1698. Cuando el que aparecía como jefe de los bandoleros llegó al patíbulo, alguno de los que presenciaban la escena quedaron sorprendido y sin habla al ver que el reo era el Capitán Gaspar Yelvez, a quien su cabeza se la colocaron en una escorpia fijada en la desembocadura de la calle Alfaqueque. Toda una gran película que se podría hacer con este personaje y otros que lo acompañaron en sus andanzas. Pues no sería mala idea, porque historia y ambiente tiene tela.
Por aquella época los bandoleros hicieron un gran robo en una Iglesia de Castilla la Nueva. Pero fue tanta la actividad que la Justicia desplegó que lo cogieron a todos, los cuales fueron conducido a la cárcel de Sevilla y ahorcados en la Plaza de San Francisco en Enero de 1698. Cuando el que aparecía como jefe de los bandoleros llegó al patíbulo, alguno de los que presenciaban la escena quedaron sorprendido y sin habla al ver que el reo era el Capitán Gaspar Yelvez, a quien su cabeza se la colocaron en una escorpia fijada en la desembocadura de la calle Alfaqueque. Toda una gran película que se podría hacer con este personaje y otros que lo acompañaron en sus andanzas. Pues no sería mala idea, porque historia y ambiente tiene tela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario