A mediados del siglo XVI, aparició en Sevilla la Reforma Luterana, teniendo muchos personajes a su favor de bastante posición, entre los que se encontraban Julián Hernández, conocido por Julianillo Hernández, muy astuto y partidario de la Reforma.
Los protestantes sevillanos ansiaban poseer escritos propagadores de la nueva doctrina, las cuales se publicaban en Alemania y los Países Bajos; y cómo poseer tales libros en España era casi imposible por no decir imposible por la Inquisición, pues Julianillo Hernández partió de Sevilla en 1556 recorriendo los principales focos de luteranismo, el cual se puso en contacto con los principales apóstoles del protestantismo. Adquirió Julianillo varios ejemplares de libros, lo que le llevó su ingenio a disfrazarse de arriero, metiéndolos todos en dos grandes toneles, llegando a Sevilla en1557 con su carga, el que había atravesado toda la península entera sin que la justicia ni nadie se diera cuenta de lo que en los toneles traía.
Ya en Sevilla cuando los protestantes supieron de su llegada, todos acudieron a Julianillo para ocultar el cargamento, siendo repartido los libros en el monasterio de San Isidoro del Campo y en casa de algunos protestantes de confianza; pero una mujer que se dio cuenta de lo que estaba pasando denunció a la Inquisición a éstos, quiénes fueron encerrados en el Castillo de Triana para luego pasar a la hoguera, de la que tampoco se salvaría julianillo, y todo por pensar diferente a muchos que no creen ni en sus muertos.
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