A todos los andaluces que están lejos.
De Andalucía soy. Pero de ella ya no me acuerdo, treinta años llevo aquí trabajando. No puedo querer a una tierra que me echó fuera para seguir como hoy, gobernada por embusteros y golfos que nada hacen por ella. No puedo ni siquiera escuchar hablar de Andalucía, porque solo me trae tristes recuerdos que no quiero que me vengan y me hundan en el pozo de la depresión, del que me costaría trabajo salir, yo solo quiero seguir donde estoy, dignamente y con un sueldo que en Andalucía se lo quedan otros para vivir mejor de lo que ya viven, mientras muchas personas contratadas a cuatro horas hechan doce y cobran una mierda. Pero no pasa nada, porque a pan y circo a muchos le gustan vivir, porque al límite y hasta el cuello morbo les dan, y sobre todo hablar en la barra de un bar, como si así las cosas se solucionaran, cuando no solucionan un puto carajo ni en sus casas.
Andalucía, Andalucía, despierta y vete a otro lugar, porque esta visto y comprobado que aquí nadie va a mover un dedo por nadie y menos por ti, mi Andalucía. Tierra rica. Pero controlada por caciques a caballos que no producen nada de nada desde Huelva a Almería. Tierra que finge ser alegre para desahogar las penas de alguna manera, por eso, como yo te conozco sé que todo es mentira y que cuanto más ríe, más llora y triste estas, mi Andalucía.
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