Toma esta plaza el nombre del Pozo Santo porque existía en la esquina un pozo público, de donde tomaban el agua los vecinos para su casa. Donde ocurrió que un niño jugando se cayó desde el brocal al pozo, salvándose milagrosamente y desde entonces se denominó El Pozo Santo.
Cuentan que cuando el niño cayó al pozo el agua creció prodiguiosamente, y que el niño flotando salió por su pie, milagro que se atribuyó a la Virgen.
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