Fue la venta de agua fresquita algo muy normal a principio del siglo pasado en Sevilla. Pues no es como hoy que hay más de 40.000 bares y si uno o una se está meando o tiene sed entran y le dan un vaso de agua, y encima la mayoría de las veces sin dar las gracias al amable camarero. Por esto en Sevilla había varios lugares con puestos de agua, donde se compraba un traguito por una perra chica y se quedaban mas agusto que un lagarto al sol.
Hoy si somos curiosos y observador, podremos ver algunos kioscos en época de calor que tienen más aguas para vender que chucherías. Pero cobrandotela algunos más cara que en un aeropuerto.
Puesto de Agua en el Paseo de Colón.
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