El palio de Nuestra Señora de la Encarnación es la pieza más antigua que conserva en la actualidad, obra confeccionada en terciopelo color burdeos bordado en oro y seda de colores por el gran taller del genio Rodríguez Ojeda entre 1930 y 1931.
Fue el genial Ojeda quien ocho días antes de su muerte concluyó el diseño del techo de palio, que sería ejecutado con posterioridad a su óbito. El primer año citado solamente salió bordado en Semana Santa la parte central de la bambalina delantera, completándose el resto del bello conjunto al año siguiente, obra que costó 15.000 pesetas; de estilo neobarroco y con bambalinas polilobuladas formando crestería en la parte superior, usándose en su exorno elementos florales y vegetales como elementos ornamentales, figurando en las bambalinas delanteras y traseras una cartela en la que se representa unas jarras de azucenas, símbolo de la pureza de María y antiguo escudo corporativo con un capelo arzobispal, rematado con una corona real.
El magnífico techo de palio sigue la misma decoración, conteniendo cuatro cartelas que representan en sedas de colores los escudos de armas de las órdenes militares de Alcántara, Santiago, Calatrava y Montesa, con el medallón o gloria central de Juan Antonio Arenas Alcalá en 1983, que muestra una representación iconográfica del Misterio de la Encarnación del verbo y con figuras de marfil y ropajes bordados en sedas de colores. Una joya de las tantas que la Semana Santa sevillana guarda para deleite de cualquier amante a estas maravillas.
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