Yo no seré rey, pero lo serán mis descendientes.


Esta frase la dijo el duque de Montpensier y al final se salió con la suya. Pues el no fue rey, pero si su hija, la dulce Merceditas de Montpensier. Estuvo Casada con Alfonso XII, la cual paso por la historia como una débil mujer, enferma de tuberculosis que bordada en el pabellón del parque, hoy oficina de turismo, que por eso se llama <<el Costurero de la Reina>>. Merceditas murió a los 19 años, y fue llevada en carroza fúnebre escoltada por cuatro duques por las calles de Madrid.

El duque de Montpensier vivió en el Palacio de San Telmo,  formando el parque un bello conjunto con la estancia y que regaló  la infanta doña María Luisa a Sevilla. Dicen que el infante duque de Montpensier, quería que su esposa luciera tanto como la propia reina de España Isabel II, que era su cuñada, incluso se dice, que don Antonio conspiró para destronar a Isabel y ponerse el mismo en el trono, cosa que no conseguiría este Busca-Trono, pero si su hija.

 Todo un patán que participó en muchas Cofradías no por ayudarlas en sí, sino por hacerse más fuerte y poderoso en aquella Sevilla del XIX. Más falso que un duro de chocolate.

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