Nació el gran escultor Francisco de Ocampo en la localidad jiennense de Villacarrillo en el año 1579, falleciendo en Sevilla en su domicilio de la collación de San Martín, donde vivía desde 1631, siendo enterrado en la Iglesia del mismo nombre.
Los padres de Ocampo fueron Fernando González de Felguera y María Inés de Tablada, recibiendo el escultor por costumbres de la época el primer apellido de su abuelo y el segundo de su padre.
Cuando cumple 14 años de edad, Francisco de Ocampo se traslada a Sevilla para aprender el bello oficio de escultor donde residía su tío, el conocido Andrés de Ocampo, autor del Cristo de la Fundación y en cuyo taller ingreso poniéndose bajo su protección. Poco tiempo después fue admitido en el taller de Juan de Oviedo y del magnífico Juan Martínez Montañez, recibiendo de estos maestros sus influencias artísticas hasta 1600, cuando después de 7 años como aprendiz obtuvo el título para ejercer el oficio.
Dejo Ocampo para Sevilla la portentosa obra documentada del Cristo del Calvario y otras grandes obras, las cuales están atribuidas al maestro como Nuestro Padre Jesús Nazareno (Silencio), el Crucificado de la Hermandad de la Carretería y el Nazareno de la Hermandad de la Candelaria con muchas otras, como relieves e imágenes de Santos para Iglesias y Conventos.
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