Me quedo con el sonido de unas CAMPANAS.


Vivimos en una sociedad donde se ha perdido los valores y el respeto no ya por nosotros mismos, sino por parte de nuestros representantes. 

No entiendo cómo puede molestar el sonido de unas Campanas cuando por ejemplo a casi nadie de estos que se quejan, le molesta los abusos que a diario se acometen en los trabajos a buenas personas, la falta de médicos en los hospitales, la pobreza infantil, el paro que sufrimos, la desesperación de los miles de desahucios que a diario vemos, los impuestos que nos ahogan, la poquísima seguridad que tenemos, nuestro derechos y mil cosas más que no terminaríamos de enumerar. 

No entiendo, nunca entenderé como el sublime y relajante sonido de una Campana, que más bien suena a Gloria pueda molestar y no las estupideces que a diario vemos y nos meten hasta en la sopa de tiranos  que no conocen a nada ni a nadie que no sea don Euro. Por todo  esto y es sólo mi opinión, las Campanas deben de seguir sonando y a la vez soñando desde sus Campanarios para desintoxicarnos de gentuzas que nos ofenden sin el más mínimo respeto, sonando porque es preferible escuchar a unas Campanas que no a un borrico o varios de dos patas con un cencerro en el cuello.

Y antes de terminar sólo decir una cosa, si alguien o muchos dudan sobre la grandeza de nuestras imágenes en la Semana Santa tiene una explicación. Pues es que no conocen a aquel que vive en San Lorenzo: El Señor de Sevilla.

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