Como veremos, incidentes y problemas siempre hubo en el mundo de los costaleros y capataces, aunque muchos se crean que esto solo pasa hoy.
Fue en la Hermandad de las Aguas, cuando residía canómicamente en la Iglesia de San Jacinto, en la Semana Santa se 1752, que salió con el paso cedido de la Cofradía de las Tres Caídas de Triana, y que al ser este mayor que el que tenían, el capataz, llamado Clemente Gracia, reclamó a la Hermandad a través del Mayordomo el pago de 30 pesos por la diferencia de kilos. Considerando la Hermandad que no era como el capataz decía, solo le dio 50 reales, por lo que el capataz denunció a la Justicia y está decretó que un maestro aserrador visitara el almacén donde estaba los pasos guardados y emitiera un informe sobre la denuncia, que tras diez años después la autoridad condenó a la Hermandad al pago a favor del capataz con cuatrocientos reales y las costas del juicio.
Como vemos, los incidentes y problemas igual que la lentitud de nuestra queridísima Justicia, siempre estuvieron integrados a las Cofradías como si se tratase de un hermano más.
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