Fue lo más destacado del Martes Santo de 1930 la llegada a Sevilla del Rey don Alfonso XIII y su Augusta Familia, llegando sobre las diez en punto a la estación de la Plaza de Armas en el tren que era conducido por el duque de Zaragoza. Le dio la bienvenida el alcalde y una compañía del Regimiento Granada, que le hizo los honores.
Todas las autoridades, religiosas, militares y civiles se reunieron junto a una gran multitud de curiosos que llenaban la explanada de la Plaza de Armas, interpretándose la Marcha Real cuando bajó del tren el Rey en primer lugar, seguido de la Reina Doña Victoria Eugenia, el Infante don Jaime y las Infantas Doña Beatriz y Doña Cristina, presentando armas una compañía del Regimiento Soria 9, y una cuadrilla de aeroplanos.
La gran comitiva pasó por las calles Marqués de Paradas, Reyes Católicos y Paseo Colón hacia los Reales Alcázares, uniéndose a la escolta unos caballistas al estilo andaluz mientras que en la Plaza del Triunfo y sus alrededores no cabía un alma más, un público que esperaba a los Reyes como si se tratase de una Cofradía, hasta que apareció el Rey y su Familia en el balcón principal del patio de la Montería, dónde se dejó pasar al pueblo que desfiló ante el balcón. Como curiosidad comentar, que está visita se produjo el 15 de Abril, y un año después el Rey embarcaría hacia el exilio. Las cosas de la vida.
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