En las manos de la Esperanza.


En las manos de la Esperanza está la luz de Sevilla, unas manos que hablan por si solas, donde Sevilla entera y parte del mundo han dejado un beso en ellas para nunca perder la Esperanza, unas manos que acogen a los desesperados que padecen enfermedades, problemas y los tranquiliza.

En las manos de la Esperanza está la vida. En las manos de la Esperanza está  el amor. En las manos de la Esperanza está la humildad. En las manos de la Esperanza está la confianza. En las manos de la Esperanza está la ilusión. En las manos de la Esperanza está el bien. En las manos de la Esperanza está la oración. En las manos de la Esperanza está el Rosario. En las manos de la Esperanza  están los niños. En las manos de la Esperanza están los mayores. En las manos de la Esperanza están los que se fueron. En las manos de la Esperanza está su Hijo Sentenciado y la luz de Sevilla, la que refleja el rostro más hermoso que la Madre Naturaleza y el mismísimo Dios haya visto, el de su Esperanza y Macarena.

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