Triste la noche.


Triste la noche, si, muy triste. Pues fíjense en los que en hospitales se encuentran y en las calles sin techo, en todos los que día tras día empiezan a agonizar como aquel Dios de Triana para irse de este mundo.

Triste la noche, si, muy triste. Pero para ellos.

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