El bocetos de la Divina Pastora y el padre Salvador.


El boceto al que nos vamos a referir se conserva gracias a Dios por el padre Salvador de Sevilla, que viéndose obligado a abandonar el convento sevillano por la desamortización de Mendizábal del año 1835, antes de irse fue a la Iglesia y cogió del altar de San Antonio dicho boceto, el cual se encontraba expuesto a la veneración.

 Una vez que el padre Salvador recogido el boceto lo tuvo en su poder hasta casi su muerte, que entregó a las religiosas Capuchinas de la calle Cardenal Spínola con una pintura de un Crucifijo que Murillo pinto para el convento de Capuchinos. Imponiéndole el padre Salvador a las monjas que tenían que entregar el boceto y  la pintura a los Capuchinos cuando volvieran a su convento, cosa que las hermanas cumplieron sin ningún problema.

Y antes de terminar, comentaremos que el boceto fue presentado por el pintor Alonso de Tobar al padre Isidoro de Sevilla, quién lo contempló y aceptó. Un  boceto único por ser el primero que se hace a la imagen de la Divina Pastora y que el convento de Capuchinos guardada con mucho cariño como él cuadro original la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, siendo la primera representación de dicha advocación en la pintura.

Relicario con el boceto original del primer cuadro de la Divina Pastora en el convento de Capuchinos de Sevilla y Divina Pastora de Miguel Alonso de Tovar de la Hermandad de la Divina Pastora.


No hay comentarios:

Publicar un comentario