No fue hasta 1500, cuando la ceramica trianera tomó una importante renovación, que hasta este año tenía de los estilos árabes. Y toma esta renovación a la llegada a Sevilla del gran pintor italiano Niculoso Pisano, quien en 1502, hizo el maravilloso retablo de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel para una capilla del Alcázar sevillano y en 1504, otro de la Coronación desaparecido, siendo con estas obras como introdujo la pintura de figuras y su composición en el bello arte cerámico como si fuesen lienzos, avanzando así bastante la azulejería trianera.
De Niculoso Pisano es también la portentosa portada del convento de Santa Paula en 1508, toda una joya de las que aún conserva Sevilla. Sin olvidarnos del fantástico azulejo sepulcral fechado en 1503 de "El Negro de la Catedral de Triana", obra también de Pisano, que según la leyenda, toda mujer que le de siete patadas al sepulcro se casará, por lo que todavía no me explico que siga en pie.
Foto de RetabloCerámico.
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