Los Crucificados con cuatro clavos.


Hace poco, un servidor escuchaba la tontería grande en una de esas tertulias baratas en la puerta de un templo en besamanos, que los Crucificados debían de tener tres clavos y no cuatro. Puesto así, le podemos añadir en vez de una banda tres, para hacer más de la procesión un circo que es lo que muchos buscan, por eso escribo esto, porque me quedé perplejo en la forma  tan altanera que hablaban  esos que se dicen ellos mismos cofrades.

 Sólo decirles, que no es que tienen que tener tres clavos ni cuatro, simplemente es que cuando  los imagineros hacen un Crucificado de cuatro clavos no es porque le gusten más ni menos, es por representarlo tal como explica (señores entendido en la materia) el pintor y tratadista Francisco Pacheco amigo del gran Montañés, que se debía a la visión de Santa Brígida de Suecia, gran mística que aseguraba haber tenido la aparición de Cristo sujeto a la Cruz con cuatro clavos (y yo la mala suerte de haber tenido la aparición de cuatro o cinco gilipollas hablando en alto tonterías para dar la nota en la puerta de un templo en besamanos).

Cristo de la Clemencia de la Catedral de Sevilla de Martínez Montañés con CUATRO CLAVOS.

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