La leyenda del vaso de la Macarena.


Cuenta una triste leyenda, que un Viernes Santos de regreso  la Virgen por las calles de su barrio, un hombre el cual se encontraba bebiendo con otros en una taberna, al pasar la Virgen salió y se plantó delante de ella lanzándole piropos y sin saber por el vino que ya tenía, le tiró el vaso dándole en su hermoso rostro, creyéndose el hombre que era el sombrero lo que le tiraba.

Dicen que el hombre borracho fue detenido al instante y llevado a la cárcel, donde pasó unos años por atentar contra una imagen religiosa. Este por el camino y arrepentido no paraba de decir llorando: ¡no he sido yo, ha sido el vino!  ¡Yo amo a la Macarena como si fuese mi madre!  ¡No quise tirarle el vaso, era el sombrero en prueba de mi cariño!

Lo cierto fue, que todo el barrio estaba disgustado por la acción del hombre. Pero hubo gente que se pusieron a su favor, contando que era una buena persona, que cuidaba de su madre que se encontraba enferma y que se moriría al tener a su hijo en la cárcel, por lo que fue perdonado y llevo una Cruz de Penitencia tras la Madre de Dios todos los años descalzo y con los pies encadenado, haciendo llorar a muchas mujeres cuando lo veían pasar y en especial a Aquella que está en San Gil que fue la primera que lo perdonó, la Macarena.

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