Soñar.


Nunca me ha gustado soñar, pero en estas fechas si. Soñar que el tiempo se paraba lentamente hasta llegar a la Madrugá de Tu Esperanza, para que ahí se parara y gozar, que es mi forma de rezar ante el Altar más rico y a la vez  humilde que tu barrio te regaló, el de Tu Esperanza.

           Foto de Haretón.

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