Jerónimo de Bobadilla fue un pintor barroco de una gran calidad, el que si no ha pasado a la posteridad es por haber tenido contemporáneos de la talla como Velázquez o Murillo.
Un día el genial Murillo le visitó en su estudio sevillano y alabó el remate de uno de sus cuadros cubiertos con tal uniformidad de color y barniz que exclamó: Me engañáis, Bobadilla, el lienzo lo cubre un cristal, y para cerciorarse paso el dedo por la tela aún fresca, cuadro donde se puede apreciar la huella del maestro Murillo.
Anécdotas y curiosidades como ésta lo vuelvo a repetir hay miles, lo que pasa es que a los historiadores tan eruditos y sabios estas cosas no les van o no las conocen, no se sabe.
Murillo.
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