Es curiosa la anécdota del huevo de Colón (no el de sus partes bajas), quien a su regreso a España tras descubrir el Nuevo Mundo vio que le restaban importancia a su hazaña diciendo: que el único mérito del descubrimiento era por ser un aventurero y navegar en dirección Occidente más allá de lo que nadie hizo.
Colón mosqueado como es normal, pidió que le trajesen un huevo, proponiendo a los presentes y envidiosos un difícil y a la vez sencillo reto: que intentarán que el huevo se sostuviera en posición vertical sobre un plato. Los que tras varios intentos fallidos, Colón cogió el huevo de los cojones y le dio un golpe cascando uno de sus extremos quedando en pie y añadió: ¿sencillo verdad? Tanto como mi viaje a Ultramar...Las cosas de la vida, en este caso de la historia.
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