Los Incas no sacrificaban regularmente a un gran número de personas como los Aztecas, pero cuando moría un Emperador Inca la matanza era diabólica. Pues cientos de doncellas eran drogadas, decapitadas y enterradas, mientras que otros eran sacrificados cuando el Estado se enfrentaba a un problema o decisión difícil.
Afirman los sacerdotes, que así se apaciguaba a los Dioses y se conseguía ayuda. Hoy en España tal como está la cosa sacrificarían hasta sus muertos.
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