A una Hermandad.


Decir solo a una Hermandad, que porque uno no sea muy conocido o tenga apellido muy sonado en la misma como algunos cabrones, no es justo que después de haber mandado una carta certificada todavía no me hayan contestado. Solo me queda decir, que sois unos hijos de la grandísima madre hipócrita, que es lo que os gusta. Seguirá.

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