Tal como suena, un feto en una cómoda o un mueble estaba expuesto antiguamente en cualquier casa sevillana y no sevillana.
Fue el motivo de esto que según la legislación el feto procedente de un aborto, aunque fuera en los primeros meses tiene las misma consideración que una persona a ser enterrado, pero al ser los abortos muy frecuentes y no intencionados como hoy un gran porcentaje, no haber dinero (un estilo a hoy, que seguimos sin avanzar) para costear un entierro en las familias más humildes, se guardaba el feto en alcohol (no whisky) y se esperaba a que algún vecino o conocido se muriera, aprovechando el entierro para meter al feto en el ataúd y enterrarlo juntos, así se ahorraba el dinero la familia del entierro infantil.
Ya sé que esto es un poco extraño, incluso aterrador y diabólico puede pensarse. Pero cuando no hay, no hay.
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