Nos encontramos en el convento de Madre de Dios una imagen de Cristo Resucitado bastante desconocida por desgracia en la Capilla del antecoro, obra del grandisimo escultor Jerónimo Hernández del siglo XVI.
El Resucitado como otros del artista presenta un porte señorial, imagen que procede del antiguo retablo que tenía la Iglesia, donde estaba colocado en el ático. Otra joya más, de esa Sevilla Oculta que guarda tras los muros de su silencio.
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