Mentiras.


Mentiras.

Muchas mentiras levantadas hacia muchas personas que aman a las Cofradías y también a grandes cofrades se dan a diario. 

Vivimos en una sociedad que del critiqueo y despellejar a todo el mundo por su aburrimiento en cualquier esquina han pasado a  hacerlo desde dentro de nuestras Cofradías, esas que por su historia y bien llevada por buenos cofrades, los satánicos de siempre sus dueños se creen.

Dije hace tiempo, que no hacen daño las mentiras a nadie, lo que realmente hace daño por llamarlo de alguna manera es la deslealtad de muchos que te dieron la mano, un beso, una palmadita en la espalda y casi te comieron la boca. La deslealtad es lo que puede llegar a dañar la confianza de una persona íntegra con unos principios firme y no desviados como los de otros, porque la mentira al fin y al cabo la vivimos a diario.

Mentiras, mentiras y más mentiras es lo que hay en un mundo tan maravilloso como el de nuestras Hermandades. Las que no entienden de gente desleales ni de problemas. Pues Ellas están ahí para llevarle a un pueblo cada vez más triste, azotado por una crisis y mil cosas más su historia, su pasión, la de Jesús  Nazareno, que tanta falta nos hace hoy día. Pero una mentira mil veces repetida llega a convertirse en verdad, incluso para quienes la inventa.

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