Señor Espada.


Señor Espada, sepa usted que un servidor respeta todo, hasta que le roben con subidas de impuestos y mil cosas más que a usted cómo algunos de sus amigos a buen seguro le importa un pimiento. Pero que pase usted por la casa de la Virgen y no tenga la decencia y ya no por Ella, sino por todos los sevillanos y de esta Tierra de María Santísima en no postrarse ante Ella, sepa que no solo ha insultado usted a Sevilla, sino al mundo entero, porque Ella es del mundo, usted solo es de unos cuantos pelotas. 

Todavía no me creo, que usted siendo Alcalde de Sevilla no sepa que paso por delante de uno de los iconos más grande de la cristiandad: La Esperanza y Macarena.

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