No se crean los amigos antitaurinos que el toro o el toreo es nuevo ni mucho menos. Pues ya muchísimos años antes de Cristo era muy normal ver a gente divirtiéndose con el toro, esquivando a este con quiebros de cintura (pero sin capote ni paseíllo), lo que causó gran revuelo y admiración en los romanos.
Como vemos, nada es como parece, siempre digámoslo así, entre el hombre y el toro hubo ese morbo de enfrentarse el uno con otro. Lo que pasa es que no había como hoy nada de medios informativos, tanto conocimiento de todo y de nada a la vez y mucho menos antitaurinos, los que piden respeto pero luego no respetan ni a San Pascual Bailón.
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